Ingredientes:
1 litro de leche (aunque la leche más utilizada es la de vaca, también podemos usar leche de cabra o bebida de soja, que también fermenta)
1 yogur normal o las bacterias del yogur (se pueden encontrar en farmacia o en herboristerías, pero es más fácil comparar un yogur y elaborar el nuestro a partir de él: lo que nos importan son las bacterias que ya contiene)
EL FAMOSO YOGUR.
Calentamos el litro de leche para que esté templada (a unos 40 grados).
En nuestra casa, vivíamos 9 personas, mis papas y sus 7 hijos, 3 hombres y 4 mujeres, una de esas soy yo, Alejandra, la segunda más chica de la familia, la rebelde y la que más duró siendo mimada.
La situación en nuestra casa no era la mejor, tampoco nos quejábamos, porque sabíamos que había situaciones peores. Mis papás hacían todo lo posible para que no nos faltara nada, había épocas buenas y otras no tanto, pero lo bueno e importante es que siempre estábamos juntos, contra todo.
Cómo convivíamos muchos en nuestra casa, y mi papá trabajaba demasiado para que nos alcanzara para todos, a mi mamá no le quedaba otra que ser ama de casa, aunque ella lo amaba, así que hacia de todo por nosotros, todo el día. Lo que mejor hacia, dentro de tantas cosas, era cocinar, todos los días tenia un invento nuevo, si no podíamos comprar mercadería nueva, se las rebuscaba y cocinaba con lo que sobraba, y siempre le quedaba todo rico. La receta más esperada por mi y mis hermanos era el yogur casero, lo hacía con tanta dedicación y amor que nos encantaba.
Y añadimos el yogur, mezclándolo bien.
Una de tantas noches, mi mamá nos viene a saludar con un beso y nos dice, “chicos, mañana voy a tener un día mas libre, así que vamos a hacer yogur”, nosotros súper contentos y entusiasmados, nos dormimos para que llegue mas rápido el día siguiente.
Mi papá se levantaba muy temprano para irse a trabajar, porque trabajaba en la cosecha de billetes, un campo enorme donde todo lo que se plantaba, florecía como dinero, y mi mama a hacerle es desayuno, regar la calle, pasar los pisos,maquillarse, la misma rutina todo los días. Nos despierta a nosotros y arrancamos todos juntos a hacer el yogur para la tarde. Justo ese día a mi hermano más chiquito, Gerardo, se le ocurre amanecer con fiebre y encima que era el más caprichoso y mimado de todos, mi mama estuvo todo el día arriba de él. Mis hermanos y yo lo odiamos, una vez más.
Cada vez eran mas los días de espera.
Mi hermana mayor, con 14 años, se decide ir a vivir sola, lo cual fue muy triste para nosotros, como cuando mi mamá se negaba a hacernos el famoso yogur, ya que íbamos a dejar de ser 7 hermanos para ser 6, aunque sabíamos que ella nos iba a visitar, nosotros no queríamos ni pensar en la idea de que se vaya.
Una tarde de mucho calor, mi mama nos hace la merienda y nos manda a jugar, nos pareció raro, ya que a ella no le gustaba que saliéramos mucho a la calle porque teníamos muchos horarios y ella cumplía todos, tampoco le gustaba porque cuando atardecía las personas que quedaban fuera de sus casas se encogían, entonces vivía con el miedo de que eso nos pasara a nosotros, obviamente accedimos a su propuesta y cada uno se fue con sus amigos. Antes del atardecer nos llaman para comer, mi mama estaba muy feliz y eso nos hacía poner feliz a todos. Mi papá, como todas las noches, nos cuenta cómo le fue en el trabajo, si hizo algo nuevo o si tan solo se había sentido bien.
Es suficiente con dejarlo toda la noche, y a la mañana siguiente tendremos el famoso yogur.
Llega el dia siguiente y mi mama nos levanta con una sorpresa, nos había hecho el yogur mientras jugábamos y así pudo dejarlo reposar bien en la yogurtera toda la noche. Con mis hermanos desayunamos felices y cada uno se llevó su vasito con el mejor y el más rico yogur, hecho por mama, a la escuela de poderes, porque lo que no sabían es que mi mamá tardaba y le costaba tanto hacer esa maravilla porque había una costumbre en la familia, que si tu mamá te hacía este yogur, ya eras libre de irte a otro planeta, porque tenía poderes y podías conseguir lo inconseguible, solo con este yogur, que por cierto, mi mama fue la última en hacerlo.
Carta para mi abuela:
Hola nona, que raro, hacía mucho tiempo no lo decía. Paso a interrumpir la pequeña historia contada por mi mama para decirte que te extraño mas que nunca, que te recuerdo como si fuera ayer cuando me abrazabas y me pedías que durmiera con vos, cuando me hacías comer más de lo normal porque para vos estaba flaca, de paso te cuento que lo sigo estando, aunque no me creas, estoy bien de salud, seguro soy flaca porque no tuve la oportunidad de conocer tu receta que te hacía engordar en menos de 2 segundos, me contaron que si comías eso, que era una mezcla de muchos ingredientes, terminabas como un pez globo y creo que nadie quiere inflarse tan rápido, asique te la prohibieron hacer.
Mi mamá estuvo varios días contándome muchas de las cosas que hacían y vos hacías cuando ellos eran chiquitos, como cuando jugaban y se iban todos volando a Córdoba a visitar a la tía Rosa porque la extrañaban. Junte un poco de todo eso e hice una mini historia, que por cierto espero que te guste o que te sientas identificada.
Durante este tiempo estuve reflexionando y pensando mucho sobre tu partida, sos la persona que más amé en mi vida y la que más me hace falta. Sueño con vos y me das esos abrazos sanadores y tan reales que me hacen despertar llorando.Te pienso y te tengo presente en cada paso de mi vida.
Además de extrañarte y de querer pasar miles de momentos con vos, me quede con ganas de probar tu “famoso yogur” ya que todos con los que hablé, me dijeron que era maravilloso. También dijeron que era hermoso verte haciéndolo con tanta dedicación, como medias los ingredientes y como lo preparabas. Hace desde tu partida que pido un abrazo tuyo todos los días, ahora también pido que me hagas ese yogur o tantas de tus recetas mágicas, para sentirte otra vez conmigo.
Hoy, era un día para estar con vos viejita.
Te amo mucho, tu nieta, Agostina.
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